Maradona llega a Buenos Aires con la selección. La gente salió a agradecerles lo que hicieron por ellos, aunque las dudas quedan flotando.

Lionel Messi no ha podido quedarse callado. Ha pedido disculpas, a través de una página virtual, a todo Argentina por haberlos defraudado. Ya contaron varios del cuerpo técnico cómo sufrió en el vestuario, cómo lloró. Es un chico de 23 años. Es un genio autista. Le pusieron sobre los hombros una responsabilidad para la que no estaba preparado. Y la aceptó. El resultado es el dolor ahora. Veamos qué pasa con Messi en el futuro. Cuatro años es mucho tiempo para predecir que el próximo será su mundial.

Pero Messi no es el único herido. Maradona ya declaró que no piensa seguir al frente de la selección, aunque aun no presenta su renuncia. Por otra parte, una nota en Clarín ha puesto el dedo en la llaga sobre la incomodidad que vivía la concentración argentina. Verón y Samuel, referentes históricos, se sentían desplazados luego de jugar los primeros partidos. Tampoco Milito entendía por qué no confiaban en él, pese a su campaña en el Inter, y sí en Higuaín. Jonás Gutiérrez justificaba su mal funcionamiento porque no estaba de acuerdo que lo usaran de lateral derecho, cuando él suele jugar de extremo. Nadie entendía por qué se seguía confiando en Angel Di María y en Demichelis, pese a su pobre rendimiento. Y la relación de Tévez con Messi tampoco era la idea; desde que sacaron a Tévez y se le vio con bronca, hasta cuando celebraron el cumpleaños de Messi y Tévez reclamó que habían pasado, solo dos días antes, el de Javier Pastore, se prende la alerta de que en la apariencia de grupo unido que daba Argentina habían muchas grietas. 

¿Será Argentina otro país que perdió en el vestidor?

IT